Somos un grupo de personas sin pertenencia a un partido político que hemos presentado una iniciativa popular de norma para que la libertad de pensamiento, conciencia y religión, uno de los derechos humanos fundamentales, quede reconocido, garantizado y protegido en la nueva constitución.
Los chilenos tenemos diversos orígenes, culturas, modos de pensar, religiones y creencias, muy diferentes entre sí, pero igualmente valiosas y respetables. Ellas son precisamente las que enriquecen nuestra sociedad y es por ello que es necesario consagrar la libertad de pensamiento, conciencia y religión en nuestra Constitución.
El Estado debe garantizar las condiciones necesarias para que las personas puedan ejercer este derecho humano fundamental: libertad de profesar y practicar una religión, o no profesar ni practicar religión alguna; de abandonar la profesión de una religión y la práctica de sus preceptos; o de abandonar una religión para adherir a otra. Para el no creyente, esta libertad le permite conducir su vida hacia su autorrealización, según sus propios valores y convicciones vitales. |